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Errores y aciertos en la gestión fiscal: lo que aprendimos de tres historias reales

Patricia

En el día a día de una asesoría, no todo son números. También hay historias. Algunas dejan una sonrisa, otras una enseñanza valiosa. Y muchas empiezan igual: con alguien que trató de hacerlo bien, pero que, por falta de información o acompañamiento, acabó tropezando con la parte más complicada de la fiscalidad.

Hoy queremos compartir tres casos reales (respetando, por supuesto, la confidencialidad) que muestran por qué una buena gestión fiscal es mucho más que presentar impuestos. Y cómo de cada error puede salir una gran lección.

1. La promesa de lo barato… y el coste de lo invisible

Una empresa pequeña contrató una asesoría fiscal online. El precio era inmejorable, y parecía una buena solución. Pero con el tiempo, la realidad se impuso: la comunicación era casi inexistente. Preguntas sin responder, dudas acumuladas… y lo más grave: las cuentas anuales no se presentaron en el Registro Mercantil durante varios años.

Este descuido, que parecía menor, se convirtió en un problema serio: bloqueo registral, riesgo de sanciones y una situación de descontrol que pudo haberse evitado fácilmente.

Muchas veces, lo barato se convierte en caro. No por el precio, sino por la ausencia de alguien al otro lado que te diga: “Esto es importante, y hay que hacerlo ya”. Una asesoría no debería ser solo un software; debería ser una presencia real, atenta y profesional.

2. Un espacio de trabajo… y una oportunidad fiscal desaprovechada

Una persona autónoma trabajaba desde un inmueble destinado exclusivamente a su actividad. Pagaba alquiler, luz, agua… pero solo se deducía el 30 % del IVA. Además, hacía pagos fraccionados de IRPF muy elevados sin ninguna planificación detrás.

A lo largo del año, esa falta de ajuste representaba miles de euros que podrían haberse quedado en su bolsillo, bien invertidos o simplemente disponibles para dar oxígeno al negocio.

Pequeños ajustes, bien fundamentados, pueden suponer una gran diferencia en la liquidez. Y cuando se es autónomo, cada euro cuenta. No se trata de buscar atajos, sino de aplicar la normativa con conocimiento y criterio.

3. Contabilidad de andar por casa… en una sociedad mercantil

Una sociedad que debía llevar la contabilidad conforme al Código de Comercio gestionaba sus cuentas como si se tratara de un Excel doméstico: un simple registro de ingresos y gastos, anotando el cobro o el pago cuando el dinero entraba o salía del banco.

Nada de conciliaciones bancarias, nada de gastos devengados, ni previsión fiscal. ¿El resultado? Declaraciones incorrectas, sanciones… y una falta total de visibilidad sobre la salud real del negocio.

Llevar bien la contabilidad no es solo para cumplir con la ley. Es una herramienta que permite tomar decisiones con confianza, anticiparse a los problemas y, sobre todo, entender realmente cómo va la empresa.

Lo que se repite: la importancia de estar bien acompañado

Estos casos, tan distintos entre sí, tienen algo en común: la falta de acompañamiento profesional y personalizado. Una asesoría no debería limitarse a presentar impuestos. Debería ayudarte a entender, a prevenir, a tomar decisiones con información real.

En Cierzo Tax creemos en una asesoría cercana, clara y adaptada a ti. Sin tecnicismos innecesarios. Sin sustos. Sin sentir que vas solo.

¿Te has sentido identificado con alguna de estas situaciones? Tal vez es el momento de darle un giro a la forma en que gestionas tus obligaciones fiscales. Aquí estamos para ayudarte.

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